En las empresas colonizadoras del siglo XVI, la Corona Española pautaba mediante el sistema de raciones qué se comía, cuánta cantidad, en qué momento y quiénes recibían los alimentos. No existían grandes variantes dentro de un esquema básico que se implementaba de forma centralizada mediante el reparto de raciones por parte de los funcionarios a cargo de cada empresa. La ración de alimentos se estipulaba de acuerdo con pautas establecidas por la Casa de la Contratación en Sevilla, institución que regulaba el comercio y la navegación entre España y América, y se encargaba de aprovisionar y pertrechar a las embarcaciones que viajaban hacia las colonias.

Así, la ración de alimentos se establecía previamente a la salida de las naves sobre la base de guías de referencia que estipulaban los productos que debían embarcarse, las cantidades y su frecuencia de consumo a la semana. Los alimentos asignados incluían bizcocho ordinario, vino, carne salada, pescado salado, menestra, arroz, queso, aceite, vinagre y agua, contemplaban cuatro días de pescado y tres de carne a la semana y un día de queso, que no siempre se respetaba.

Ahora bien, cuál puede ser el resultado cuando este esquema no puede ser llevado a la práctica como sucedió en la ciudad del Nombre de Jesús, donde la escasez de víveres, el aislamiento y el desconocimiento del ambiente marcaron a la población desde su llegada al Estrecho. Estos interrogantes fueron el punto de partida del análisis de la evidencia arqueológica.

Diente de cerdo que atestigua
su transporte para consumo

Mandíbula de lobo marino con marcas de corte que evidencian su consumo

¿Cuáles y cuántos víveres desembarcaron en 1584?

Como parte de los procedimientos de control propios de las empresas coloniales, se hizo un registro de la cantidad y la variedad de los víveres dejados en el momento del desembarco de los pobladores y los soldados en el Estrecho. A partir de estos documentos administrativos conservados en el Archivo General de Indias en Sevilla conocemos los tipos de alimentos con los que contaban en Nombre de Jesús para las primeras jornadas. Estos son: bizcocho o harina, vino, carne salada, tocino, atún, aceite, vinagre, habas y garbanzos, arroz blanco, arroz para sembrar, sal, maíz, queso.

A pesar de la aparente variedad, se trataba de una escasa cantidad de víveres que solo alcanzaba para unos pocos meses. La toma de conciencia sobre este aspecto se describió en ciertos documentos que especifican “que es menester” o necesario abastecer en un futuro cercano a las personas dejadas en el Estrecho de Magallanes. En esos documentos, se reiteran las mismas categorías de alimentos y se agregan “semillas de todos los géneros” y “algunas terneras, yeguas y ovejas”. Lamentablemente, el asentamiento de los españoles en el Estrecho no funcionó de acuerdo a lo previsto y estos quedaron aislados: no prosperaron los cultivos ni la cría de animales y la población nunca recibió nuevos abastecimientos.

Relación de la gente, bastimentos, armas, artillería
y municiones que se entregaron a Pedro Sarmiento de Gamboa...

Relación de la gente, bastimentos, artillería, armas, municiones, pertrechos de guerra, vestidos y otras cosas que en el Estrecho de Magallanes se dejaron a Pedro Sarmiento de Gamboa, gobernador de él; y la cantidad de bastimentos que parece se debería proveer para un año; y más las municiones, pertrechos y otras cosas que son menester para allá. En el dicho Estrecho quedaron trescientas treinta y ocho personas, incluidas en ellas los pobladores con sus mujeres e hijos 338 personas

Documento completo

¿Qué comieron los pobladores de Nombre de Jesús?

El estudio de los restos óseos de fauna recuperados en las excavaciones arqueológicas muestra el consumo de una gran diversidad de especies, con un claro predominio de animales disponibles localmente. Prevalecen los restos de aves marinas, principalmente cormoranes, seguidos por guanacos, lobos marinos y mariscos. Las especies domésticas de procedencia europea están pobremente representadas en los hallazgos por algunos pocos huesos de cerdo y otros, probablemente, atribuibles a perro. La supremacía de las especies autóctonas sobre los animales de origen europeo demuestra un alejamiento de la dieta prevista en la empresa de poblamiento.

De esta forma, el consumo de alimentos de origen animal no se limitó a las especies conocidas y habitualmente incluidas en las raciones de la Corona. Por el contrario, se incluyen animales nuevos que imponen formas de procesamiento, preparación, reparto y consumo muy diferentes a las conocidas hasta el momento. Sin embargo, esta rápida adopción de las especies locales no fue suficiente para lograr la supervivencia del poblado y esto se explicaría por varias razones concurrentes: el ambiente extremadamente hostil donde se asentó el poblado, incluso considerado marginal para las poblaciones cazadoras recolectoras nativas que ocupaban el Estrecho, y el mal aprovechamiento de los recursos proporcionados por las distintas presas que implicó un importante desperdicio de fuentes nutritivas de alta calidad.

Posible tibia de perro con marcas de machacado hallada en la excavación