Hacia fines del siglo XVI, la Corona Española puso en marcha el Plan de Fortificación del Estrecho de Magallanes, sobre la base de un reconocimiento previo del área realizado por Sarmiento de Gamboa en 1580.

El 9 de diciembre de 1581, la empresa colonizadora partió del puerto de Sanlúcar de Barrameda. De España salieron 16 naves con más de dos millares de personas, aunque no todas estaban destinadas a poblar el Estrecho. Después de una escala en Cabo Verde, alcanzaron las costas de Brasil en marzo de 1582. Allí permanecieron en Río de Janeiro y Bahía de Todos los Santos desde donde realizaron fallidos intentos por alcanzar el Estrecho.

En febrero de 1584, luego de un viaje de dos años, se produjo el desembarco en la boca Atlántica donde se estableció la ciudad del Nombre de Jesús en un paraje al que denominaron el Valle de las Fuentes.

En marzo de 1584, después de una travesía de 200 km por tierra a pie junto a sus soldados, Sarmiento de Gamboa fundó la ciudad de Rey Don Felipe.

A fines de mayo de 1584, la escasez de víveres obligó a Gamboa a embarcarse rumbo a Brasil y luego a España para solicitar socorros. Por diversos motivos y contra su voluntad, nunca logró regresar y los colonos quedaron abandonados a su suerte en un ambiente hostil y desconocido. Los relatos de Gamboa describen los primeros momentos de estas ciudades, debido a que su permanencia en el Estrecho se limita a menos de cuatro meses.

En enero de 1587, solo tres años después de la fundación de las ciudades, una nave inglesa encontró a menos de 20 sobrevivientes y embarcó solo a uno de ellos. De acuerdo a las declaraciones de este soldado español, la escasez de víveres, las dificultades para obtener alimentos, el aislamiento, la adversidad del clima y la hostilidad de los grupos indígenas llevaron a los pobladores a la muerte.